RELATOS NADA SERIOS


de Atram Oslo


CAPÍTULO 1

Llegas a casa tras el trabajo, un lunes cualquiera y... ¡sientes un gran sofocón al meter el llavín en la puerta! Las vecinas acuden asombradas por tus sonoros jadeos; los vecinos también bajan. Mientras sus esposas te atienden ellos por detrás apuntan su móvil en el marco de tu puerta...
Por fin, y después de componerte mínimamente y farfullar una excusa banal, entras en casa. La Juani te saluda saltando de alegría. No lleva sostén y sus pechos bambolean dentro de la camiseta al son de los 40 principales:
-¡El nuevo limpiacristales ambienta la casa que da gusto!- te dice contenta -pena que sea un frasco tan pequeño, pero traeré más mañana...-

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