Hoy no sabias donde meterte! Al llegar a casa te explica él que ha encontrado unas fotos en la cámara... ¡Ay madre! ¿qué habrá visto? Te enseña unas fotos tuyas a todo color en el jacuzzi del hotel de este verano. Al fondo el precioso mar azul turquesa que se veía desde el ventanal de baño ... y tú en la bañera con espuma hasta el escote, muy relajada y sonriente. -¡pero bueno! ¿y estas fotos?- te inquiere él indignado. ¡Jo, hombre!, para una vez que me meto en un jacuzzi decidí plasmarlo para la posteridad!- aduces con la esperanza de que se lo crea. Pero tiene buena memoria - ¿ah sí?- contesta irónico -¿y por qué no quisiste hacerte fotos cuando te bañaste conmigo?- Vas pensando velozmente que estás quedando como una pilingui, pero lo cierto es que aquel socorrista era increíble... Tanto baño en la piscina, tantas miradas de reojo, al final acabó en tu jacuzzi como por encanto... El momento fue una cumbre de placeres. Se sumergía en la espuma y sus suaves manos recorrían toda tu piel. Al salir a la superficie remataba los efectos con unos besos laargos y húmedos mientras sus hábiles dedos volvían a recorrer todos tus ángulos y te hacían deslizar hasta el fondo de la bañera. ¡No necesitabas ni respirar! Te regodeas recordando sensaciones tan fascinantes. El se colocaba encima tuyo, flotando entre las burbujas y las caricias cuerpo-a-cuerpo te hacían perder la conciencia del mundo... De repente, -¡Bueno, pues nada!, que la señora se ha ligado a un turista- lo oyes a él con voz cansina. Está de pie frente a tí con los brazos cruzados y mirando por la ventana, un poco herido. En estos momentos te sientes muy mal por haberle engañado. Sientes remordimientos y estás a punto de confesárselo todo. -Mira, cari...- le dices con voz apesadumbrada -¡No me lies con más historias!- contesta él agotado. -Si te has ligado a un maromo, allá tú!- -¡No lo quiero saber!- Ahora si que no entiendes nada! ¿Qué está pasando? ¿Es que no le importo? ooo... ¿Tiene él un lío y lo tiene que disimular? -Bueno, pues vale, me ligué al socorrista de la piscina- dices con la boca pequeña y voz bajita, esperando que se desencadene la explosión. Silencio. Él te mira profundamente. Te sientes peor que mal. ¡Horrible!, pero él te coge la cara entre sus manos, te mira a los ojos con infinito candor y te da un besazo de esos que no recuerdas porque no te lo han dado nunca. -Gracias por ser sincera- te dice con una sonrisa encantadora. -Yo también tengo algo que confesarte... ¡Mira por donde!, piensas, este verano todos nos hemos extra-divertido. -Yo me ligué a la recepcionista de noches! - ¿A esa?- pues no daba yo un duro por ella- comentas con ojo clínico. Te sonríe cariñoso -Pero no llegamos al final...¡Tu vales mucho, nena!- Te hace un guiño pícaro.
Te quedas pensativa... y al final te ríes tú sola. Si tanto te dice que vales, NO vas a tener más remedio que seguir aprendiendo por ahí nuevas técnicas de seducción para mantener alto el listón..¡je,je,je!
Te quedas pensativa... y al final te ríes tú sola. Si tanto te dice que vales, NO vas a tener más remedio que seguir aprendiendo por ahí nuevas técnicas de seducción para mantener alto el listón..¡je,je,je!
No hay comentarios:
Publicar un comentario